LA ESTACIÓN DEL SILENCIO "PARA SIEMPRE"
Parasiempre me parece mucho tiempo
Publicado el 21-04-2011 13:36
Esta semana he desayunado con una noticia que no me ha hecho nada de gracia. Tal vez para ustedes no tenga ni la más mínima importancia, pero para otros sí, aunque tampoco se va a parar el mundo por ello. Se trata del cierre de un bar: la Estación del Silencio. Es un rincón reservado y dedicado a la Historia (sí, con mayúscula) de la música, de uno de los mejores grupos de música (no hay más que ver su trayectoria y reconocimientos por Europa y América Latina): Héroes del Silencio. Parece ser que el motivo es que México le brinda al dueño del local, Antonio Estación, más y mejores oportunidades para su buen funcionamiento, pues a día de hoy este pequeño gran bar-museo parece no pasar por un buen momento.
Bien es cierto que poco o nada tiene que ver con Murcia esta noticia, y que tal vez éste hilo lo tendría que escribir en algún lugar de Zaragoza, pues es allí donde está (hasta dentro de poco) este local, pero simplemente es una excusa para pensar, reflexionar. Es un sitio que lleva abierto más de veinte años y al que acude, de propio, mucha gente de todos los puntos del planeta. Todo amante (que los hay a patadas) de lo que fue Héroes del Silencio y de lo que es ahora Bunbury se dan cita allí para tomarse una cerveza rodeado de objetos de culto de sus ídolos. Y confiar en que, con un poco de suerte, la casualidad les brinde la oportunidad de coincidir con alguno de ellos.
Sitios así los hay también en la Región de Murcia. Bares y restaurantes que tienen algo que decir dentro de lo que ha sido, y es, parte de la tradición cultural, que deberían tener un hueco en esas guías de turismo y no sólo los que tienen estrellas y tenedores. Porque también hay otros, los llamados tascazos de toda la vida, que han dado muchas alegrías y siguen dándolas. Porque algunos como el Quitapesares, el Malena, el Jesuso o el Chapapote merecen el mismo reconocimiento que los grandes.
Hay quienes dicen “esos son tascas” de manera despectiva. Pero en muchos de ellos brindan un trato tan bueno y más cercano que los de renombre, con productos para quitarse el sombrero.
Tirando las cervezas de caña con una perfección y temperatura precisa.
Pero la publicidad exterior la tienen más complicada, se dan a conocer por el boca a boca de los lugareños, de sus parroquianos. Pero una persona que venga de Zaragoza, Guadalajara o Albacete a conocer Murcia, Cartagena, Caravaca o Águilas desconoce que están ahí aunque merecen una visita para deleitarse con sus productos.
Quizás ayudara la elaboración de unas guías exclusivas de bares y lugares de toda la vida, o quizás favoreciera ser un poco más generoso, tanto con las ayudas que puedan recibir, como no ser tan espartanos con las políticas que les afectan.
Porque es una pena que otros vean las virtudes de esos lugares mientras nosotros no hacemos nada. Miramos su cierre para siempre, sin más, para luego decir “qué pena”.
Sólo me queda decir que será en 2012 cuando la Estación del Silencio eche la persiana en Zaragoza y la abra en México. Supuestamente para siempre. Sin embargo, me resigno a ello y como dice una letra de Héroes del Silencio: “La derrota no es una opción y no hay excusas. Parasiempre me parece mucho tiempo. Parasiempre, no hay nada parasiempre”.
Pero la publicidad exterior la tienen más complicada, se dan a conocer por el boca a boca de los lugareños, de sus parroquianos. Pero una persona que venga de Zaragoza, Guadalajara o Albacete a conocer Murcia, Cartagena, Caravaca o Águilas desconoce que están ahí aunque merecen una visita para deleitarse con sus productos.
Quizás ayudara la elaboración de unas guías exclusivas de bares y lugares de toda la vida, o quizás favoreciera ser un poco más generoso, tanto con las ayudas que puedan recibir, como no ser tan espartanos con las políticas que les afectan.
Porque es una pena que otros vean las virtudes de esos lugares mientras nosotros no hacemos nada. Miramos su cierre para siempre, sin más, para luego decir “qué pena”.
Sólo me queda decir que será en 2012 cuando la Estación del Silencio eche la persiana en Zaragoza y la abra en México. Supuestamente para siempre. Sin embargo, me resigno a ello y como dice una letra de Héroes del Silencio: “La derrota no es una opción y no hay excusas. Parasiempre me parece mucho tiempo. Parasiempre, no hay nada parasiempre”.
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